
Entre los primeros síntomas que acompañan la aparición de la degeneración macular senil se encuentran la distorsión de las imágenes (metamorfopsia) o ver una mancha negra en el campo visual y la reducción del contraste cromático, con ejemplos en diferentes situaciones de la vida cotidiana:
- cuando se leen libros, periódicos, prospectos de medicamentos se pueden perder letras o incluso palabras enteras;
- cuando se conduce al atardecer se puede tener una sensación de deslumbramiento al mirar los faros de los coches, los semáforos o las farolas;
- al caminar por la calle al atardecer es posible advertir dificultad para percibir los objetos y los contrastes en las zonas de sombra;
- cuando se ven a los miembros de la familia puede resultar dificultoso el reconocimiento de sus rostros.
La zona central de no visión, llamada escotoma, puede percibirse como una ausencia de visión o como una mancha negra en el campo visual.
A menudo la fijación central se ve comprometida, teniendo que recurrir a un punto de observación periférico de la retina, con menos detalle y dificultad para estabilizar la imagen.
La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE o DME) se considera actualmente la principal causa de ceguera en los países más prósperos y la tercera más importante a nivel absoluto [OMS].
Causas ambientales de la maculopatía
Un papel importante en el desarrollo de la degeneración macular senil lo desempeña la adopción de estilos de vida poco saludables. En particular, una alimentación incorrecta y el abuso del alcohol y el tabaco, el sedentarismo y la exposición excesiva a la radiación solar.
Causas genéticas de la maculopatía
La familiaridad genética de la enfermedad está comprobada.
Causas de maculopatía relacionadas con la edad
La incidencia de la DMAE es rara antes de los 55 años, pero significativa después de los 75 años. Por eso es importante, después de los 50 años, someterse a una revisión médica ocular periódica para efectuar el examen del fondo de ojo y cualquier otra comprobación necesaria para un diagnóstico preciso.
Forma seca o atrófica
La maculopatía seca o atrófica (85-90% de los casos) se caracteriza por un adelgazamiento progresivo de la retina central que no recibe suficiente riego sanguíneo de los capilares y se atrofia.
Forma húmeda o exudativa
La maculopatía húmeda o exudativa (10-15% de los casos) es la forma más grave y de más rápida evolución y se complica con la formación de nuevos capilares con una pared muy frágil.
El impacto de esta forma de maculopatía puede ser altamente incapacitante desde el punto de vista psicológico y limitar severamente la autonomía de la persona.
El diagnóstico precoz de la degeneración macular senil es fundamental, por lo que es muy importante prestar atención a la posible aparición de los síntomas mencionados anteriormente.
En Europa, la forma húmeda puede tratarse con inyecciones intravítreas que bloquean o retrasan el progreso de la enfermedad, o con una terapia fotodinámica que se aplica a través de un tipo especial de láser.
Un estilo de vida activo, la adopción de una protección adecuada contra la luz solar y una dieta apropiada rica en antioxidantes pueden ayudar a ralentizar y prevenir el desarrollo de la maculopatía.